Para sobrevivir en Tijuana. 21 consejos gratuitos
Por Gabriel Trujillo Muñoz
- Si te dan una oficina con vista al mar, tapa la ventana con un cartel panorámico de la Rumorosa.
- No es una maldición bíblica: son nubes.
- Habla de la fama que deseas tener como si ya la tuvieras, afirma que todos los intelectuales mexicanos y extranjeros te admiran, aunque nadie sepa de tu existencia. Blofear es la regla de oro para que crean que eres un tijuanense y no un simple provinciano pretencioso.
- Nunca digas “Ya llegué”. Di mejor: “Estoy in-site”.
- Asegúrales que tu grupo de música favorito es Nortec, pero pega carteles de Reik en la cafetería de tu institución. Eso es subversión pura.
- Si te cuestionan sobre quién es el más conocido periodista cultural de Tijuana, nunca digas: “Es el cachetón ese que se cree mucho” (Recuerda que allá todos se creen mucho). Es mejor que contestes: “Eso lo tendrá que decidir mi representante”. No olvides: la sofisticación ante todo.
- Si quieres que te conozcan en Tijuana arma un escándalo, muéstrate como víctima de las malvadas instituciones. Si quieres ser artista de moda, declara tu odio contra todos y todo, alaba la destrucción sobre todas las cosas. Si quieres que tus fans te sigan, invítalos a un ambigú al Cecut.
- Nunca digas –ni siquiera lo pienses- que lo mejor de Tijuana es San Diego. Las verdades duelen.
- Si descubres que la mayoría de los intelectuales tijuanenses no saben de qué hablan o sólo hablan de oídas, no te preocupes. La mayoría te están usando como psicoterapista temporal. Cóbrales.
- Si oyes decir (en inglés con acento impostado londinense): “Go to hell”, no quiere decir: “Lárgate a Mexicali”.
- Si alguien dice la palabra Tijuana con voz de declamador sin maestro y pone los ojos en blanco y comienza a convulsionar, es mejor que corras. Por aquellos rumbos, los trances de ardor regionalista suelen acabar en linchamientos públicos.
- Si te preguntan algo en inglés, contesta en dólares. Si te cuestionan sobre las cebras de la avenida Revolución, di que son auténticas.
- Cómprate un sol portátil: lo vas a necesitar. El sol tijuanense ni siquiera entibia.
- En las fiestas de cumpleaños de los tijuanenses no se canta a los festejados las típicas de Happy birthday o Las Mañanitas. La canción más solicitada es la de Paco Stanley: “Qué lindo soy, que bonito soy. Cómo me quiero”. Y es el festejado el que la canta.
- En los muros de tu institución pinta el lema: “Chicali rifa K/Z y qué”. Cuando lo intenten quitar ofrece una conferencia de prensa, pide apoyo al FOCUC y expón un caso más de censura oficial a la libertad de expresión.
- Nunca te rías de los artistas tijuanenses que buscan deslumbrarte con sus exposiciones en París, Nueva York o Madrid. Diles que cuando expongan en Pueblo Nuevo, Wisteria o Bellavista y aguanten la carrilla de los lugareños, te avisen.
- Si te invitan a la zona norte de Tijuana diles que sólo aceptas de la Horton Plaza en adelante.
- Nunca defiendas tu lugar de procedencia. Mexicali, como capital del estado libre y soberano de Baja California, se defiende sola. Y lo mismo va para el resto de las ciudades y pueblos de la entidad. Sé cool y encógete de hombros, sólo diles: ¿Sabe de dónde viene el agua que consumen? ¿Entienden el concepto de generosidad?
- Si te preguntan cuál es tu película favorita de desastres diles que la cinta de James Cameron: Tijuanic.
- Y lo principal: si un día te cansas de Tijuana o ya no te parece soportable, toma en cuenta que puedes volver cuando quieras a Mexicali. Ya lo dice la sabiduría popular: Más vale Mexicali en mano que cien famas volando.
Imagen: Portada del CD del grupo musical "Tijuana No", tomada de aquí.
1 Comentarios:
Hey, una escena típica de familia: los hermanitos peleando por la atención de mamá B.C. Pero bueno, cada quien se acicala como mejor le gusta... Saludos desde Hermosillo. nacho mondaca.
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