Block de hojas amarillas: marzo 2007

26 marzo, 2007

Los otros Gabriel Trujillo

Mi nombre es Gabriel Trujillo. Nací en Miami, Florida, en el hospital Hialeah, el 10 de febrero de 1985. Mi deporte favorito es el béisbol. Yo creo que tengo buen carácter.
En la aldea global de nuestros días, donde Internet ofrece sus dones de diosa magnánima, los otros Gabriel Trujillo se multiplican y alcanzan presencia y realidad. Son seres humanos con quienes comparto un nombre y de los que me separa una distancia enorme en edad y atributos, en destino y conducta. Pero allí están: como posibilidades latentes, como paradojas que cumplen un ciclo aparte de mi propia existencia, pero que complementan lo que soy, que me plantean lo que pude ser, lo que nunca fui.
No olvidemos al sargento Gabriel Trujillo, muerto en la guerra de Viet Nam. Como miembro de la armada, Trujillo sirvió a los Estados Unidos hasta el 15 de febrero de 1971. Cayó en Thua Thien, en Viet Nam del Sur, cuando su helicóptero se desplomó por fuego enemigo. Al morir tenía 20 años de edad.
Los griegos hablaban del destino como una trayectoria vital ineludible, como una marca de nacimiento. Los otros Gabriel Trujillo aparecen con sus propias habilidades y destrezas, con su vida hecha de éxitos y reconocimientos. Son variaciones de un tema universal. Dimensiones desconocidas. Universos paralelos.
El artista del maquillaje, Gabriel Trujillo, se especializa en anuncios publicitarios y fotos de celebridades para revistas de rock como Rolling Stone y entre los cantantes con quienes ha trabajado están Robbie Williams y Luscious Jackson.
Sorteando diferentes épocas y circunstancias, viviendo en pueblos campiranos o en grandes ciudades, cada Gabriel Trujillo es una apuesta en la ruleta de las variaciones. Sí, es cierto que todos llevamos el mismo nombre y que todos, supongo, nos detenemos y volteamos cuando alguien nos llama Gabriel o Trujillo. Pero el que voltea es un rostro aparte, una variación distinta.
Gabriel Trujillo, el tenista español, es uno de los mejores jugadores en juego de dobles y, junto con Salva Navarro, se adjudicó el campeonato de dobles en el circuito ATP de Palma de Mallorca el 4 de febrero de 2002.
Los otros que no son uno, los que pasean a su antojo y que responden a otras voces, a otros ámbitos. Que viven sus vidas como si sólo hubiera un Gabriel Trujillo en el mundo: el que miran, todos los días, al verse en el espejo. En tal sentido, todos somos clones de un ancestro original olvidado en el tiempo.
Gabriel Trujillo, por decreto 77 del 15 de abril de 1993, es nombrado consejero en funciones del gobierno de Canarias. El Documento fue firmado en Santa Cruz de Tenerife por Manuel Hermoso Rojas, presidente del gobierno y será efectivo a partir de su publicación en el diario oficial.
Al contrario de la clonación tradicional, estos Gabriel Trujillos no buscan parecerse unos a otros. Cada uno es un ser peculiar, distinto a los demás, incapaz de mostrarse el semejante de nadie. Reacios a compartir sus personalidades, sus cualidades y defectos. Son individualidades que valen por creerse especiales en un mundo cada vez más monótono y menos trascendente.
Gabriel Trujillo, líder canastero. Anotó 435 en aros contrarios y fue el mejor encestador de la categoría infantil del Torneo Primavera 2002, organizado por la liga de básquetbol de la colonia Hidalgo, en Ensenada. Su equipo es el Lakers Jr.
En el recuento interminable, uno acaba por darse por vencido: allí está el abogado, el periodista, el político, el biólogo, el matemático, el industrial. Cada uno es la representación de una hazaña particular, de un hecho inusitado. Queda, sin embargo, la duda: ¿y los que no aparecen en la red? ¿Y los buenos para nada a los que la historia da esquinazo? ¿O los que tienen cosas destacables pero que la red aún no captura en sus vuelos? La certidumbre de que allá afuera, en el ya no tan ancho mundo, están flotando miles de Gabrieles Trujillos, miles de seres que creen en que su yo los protege de la reproducción incesante de sus nombres.
Entre los habitantes destacados que han aportado su talento al desarrollo del municipio de Jayaque, en la república de El Salvador, está Gabriel Trujillo. Jayaque, una población de origen Pipil, significa en nahuatl “cerro de los enmascarados” y fue fundada en 1926.
Si pudiéramos hacer una compilación de todas estas vidas, ¿qué imagen caleidoscópica sobreviviría de tal mezcla? ¿Cuál sería el resultado: ambiguos claroscuros o un color intenso, definitivo, veraz?
Gabriel Trujillo, dueño de un bar de Nueva Orleáns, fue arrestado, después de una investigación de dos años, por organizar un negocio de prostitución con ilegales latinoamericanas, principalmente ecuatorianas. El caso fue turnado a la corte de...
La ruleta sigue girando mientras el dado Gabriel Trujillo corre, salta y cambia de espectáculo una y otra vez. Al final, un nuevo destino habrá de bautizar al agraciado, una nueva vida habrá de abrirse paso por el mundo.
Y sin embargo, como Groucho Marx decía: “yo jamás entraría a un club donde me aceptaran como socio” y lo mismo va para el resto de los Gabriel Trujillos. Mejor solo que bien o mal acompañado. Al menos así la ilusión sigue en pie: la ilusión de que uno es un ser único, incapaz de repetirse o multiplicarse.
Mi nombre es Gabriel Trujillo. Nací en Mexicali, Baja California, México, en el hospital del Sagrado Corazón, el 21 de julio de 1958. Mi interés principal es...

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21 marzo, 2007

Ernesto Bretón: la imagen justa, equilibrada

J.M.W. Turner, el gran pintor inglés del siglo XIX, creador de intensas pinturas donde el paisaje era el tema central y la luz su materia prima, respondía a los que visitaban su casa y preguntaban en dónde trabajaba sus pinturas, llevándolos a la campiña más cercana y diciéndoles en tono desafiante: “¿Habéis visto mi estudio? Está hecho de cielo y agua. ¿No son gloriosos estos elementos? De ellos tomo mis lecciones noche y día.” Y lo mismo podría decirnos Ernesto Bretón (Hidalgo, 1924, pero avecindado en Mexicali desde 1944), cuya obra fotográfica no necesita de más inspiración que el cielo y el agua, pero también de la tierra que se abre a la mirada como un horizonte de altos vuelos. Una tríada de materiales esenciales en su refulgente espejismo.

El gran valor de un trabajo fotográfico como el de Ernesto Bretón es que su obra nos muestra que para ser fotógrafo no se necesita sólo estar en el lugar apropiado en el momento justo, sino tener ese instinto de cazador que permite atrapar una imagen con paciencia, sí, pero igualmente con sagacidad, con astucia. La naturaleza no da nada gratis y menos sus instantes de luz resplandeciente, sus sorpresivas coincidencias de personajes y escenarios.

En buena parte, la obra de Bretón, quien ingresa al grupo fotográfico Imágenes en 1972, es la de un archivista que nos ofrece la imagen en el tiempo, su peso como evocadora de otras épocas y circunstancias de vida. La luz como testimonio de nuestro paso por el mundo. Como él mismo lo dice: “Lo que más me gusta del desierto son sus amaneceres. Cuando todo está quieto, silencioso. Cuando el sol empieza a salir y comienza la luz a dibujar volúmenes, sombras, texturas. Esa luz del amanecer que tanto me gusta: tiernita, recién nacida”. Porque el desierto siempre está en movimiento, es contraste, historia en marcha que la fotografía memoriza, que la fotografía despliega como un momento afortunado, como el tesoro de una hazaña tremenda.

Un artista como Ernesto Bretón equilibra la inteligencia del rastreador de maravillas con el gusto armónico que capta el mundo en sus detalles y contrastes, en sus contrapesos y medidas. Tal es el mérito especial que estas fotografías conceden al espectador de las mismas: son composiciones de luz filtradas por un ojo de afilada perspicacia, por una mirada que no pierde su presa y, por eso mismo, siempre da en el blanco al substraer de la existencia cotidiana un gesto, un movimiento, una fisura que nos revela el interior turbulento del ser humano en su andar por estas tierras marginales, periféricas.

El fotógrafo como creador implica que éste recibe una visión integral de la realidad al descubrir que lo que mira le ofrece una sensación completa del lugar que tiene frente a sí, una percepción a fondo de su temperamento como naturaleza. Por eso Ernesto Bretón, en sus fotografías, asume el acto mismo de recibir el impacto de un paisaje o de un personaje y luego nos ofrece un retrato real, auténtico, sin que lo contemplado pierda un ápice de fuerza, de carisma, de energía vital.

Las imágenes de Ernesto Bretón son obras meritorias, artísticas, es decir, que no pueden mentir, que no buscan engañarnos. En su trabajo visual está presente, de espíritu entero, la voz de un fotógrafo que no ha querido otra cosa que darle valor propio a los objetos cotidianos, a los horizontes escuetos del norte mexicano, a las ciudades y habitantes de la frontera. Su obra fotográfica es, en suma, un catálogo de la vida fronteriza captada en su viveza y vitalidad tanto como en su permanencia y perdurabilidad.

Al observar estas fotografías uno puede afirmar que aquí pervive el testimonio de una Baja California en sus gestas más misteriosas y destellantes, una verdad impresa en blanco y negro de nuestros cambios y transformaciones como sociedad y como individuos. Esta imágenes vencen al tiempo porque en ellas palpitan momentos de una rara belleza, instantes de una feliz coincidencia. Milagros, en todo caso, que nos enseñan a ver nuestra realidad con mayor profundidad y hondura, con mayor capacidad de revelar en su gracia lo que hemos sido, lo que somos.

La gran lección de Ernesto Bretón es crear un legado de nuestro paisaje urbano y de los horizontes naturales donde cielo, mar y tierra coinciden en un resplandor preciso y contundente. En estas fotografías está el arte como sueño y sugestión, como símbolo y quimera. Un mundo donde lo fugaz se ha vuelto permanente, donde la luz es un idioma universal, un instrumento para pintarnos a nosotros mismos con visible trascendencia.

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15 marzo, 2007

Las delicias del 2006: un paseo apresurado

Sin los placeres de la lectura, la música y los programas de televisión la vida no sería el viaje mágico y misterioso que ha sido, que es. Veamos.

Los discos:
The Arcade Fire-Funeral
: Lo alternativo vuelto una fuerza poderosa, el poder e
n turno.
Stellastar-Harmonies for the haunted: El rock progresivo se ha vuelto un rito cósmico, una voz tan potente como el viento estelar.
Imogen Heap-Speak for yourself: Al fin una voz británica hecha de cristal de hielo.
Willie Nile-Streets of New York: ¿Quién necesita a Bob Dylan teniendo a este cantante apocalíptico?

Laura Viers-Year of meteors
: Una geek con fuego de serpiente, una cantautora de
una gentil fiereza.
Hard-Fi-Stars of CCTV: La nueva ola inglesa o hazte a un lado que aquí voy. Para danzar sin freno. Junto con el disco de Kaiser Chiefs lo mejor del rock pop actual.
The Decemberists-The crane wife: Un disco perfecto de principio a fin.
Rainer Maria-Catastrophe keep us together: Tal vez, pero es esta música la que une las piezas de la vida, la que le da sentido al mundo.
The Beatles-Love: Si hay un grupo vigente en pleno siglo XXI es esta banda que se escucha tan innovadora y vital como hace 40 años. Gracias, George Martin.



Los DVDs:

Rome-HBO
: No es una serie histórica, es otra realidad. Un festín de poder y am
bición desde la perspectiva de la Roma de Julio César y Augusto: un imperio en su máxima gloria y poderío, hecho con sangre y semen, con pan y circo. Una civilización sin culpas, sin remordimientos judeocristianos. Qué envidia.
My Name is Earl-20thCentury Fox
: No me gustan las
comedias gringas, pero esta es una comedia de gringos viviendo a la mexicana, es decir, sálvese quien pueda y que la lotería haga en nosotros su voluntad. De sólo pensar en ella me río solo.
Battlestar Galáctica-SF Channel
: Nunca la ciencia ficción fue tan realista en el l
ado humano del futuro que nos espera: una humanidad derrotada, humillada, que lucha más entre sí que contra el enemigo que la ataca. Aquí la traición es la actitud reinante, el verdadero acto de supervivencia.
Verónica Mars-WB: La escuela secundaria como el lugar del crimen, como una fosa común con misterios por resolver. La adolescencia no se había visto más desnuda y peligrosa desde los tiempos de Buffy, la cazavampiros. Un Thriller hecho con dureza filial y trucos sucios.
The Addams Family-20thCentury Fox: ¿Hay algo más erótico que Homero Adam
s besando el brazo de Morticia? I don´t think so.
A Collection of 2005 Academy Awards Nominated Short Films: Aquí podemos encontrar dos joyas visuales diametralmente opuestas: The Moon and the Son y The Mysterious Geographic Explorations of Jasper Morello, la primera es una historia sórdida familiar y la segunda es una travesía fantástica donde se suman los mitos del viaje a lo desconocido con la leyenda de la tierra moribunda. Exquisitos.
When the Levees Broke de Spike Lee
: ¿Un documental sobre Katrina y la posterior inun
dación de Nueva Orleáns? Algo mejor: un grito de indignación ante un sistema corrupto donde todos se echan la culpa, una denuncia que pone el dedo en la llaga de los Estados Unidos de hoy. Duele ser un damnificado pobre en la nación más poderosa del mundo y descubrir que el gobierno de tu país no quiere saber de ti.

Los libros:

Neruda. Biografía literaria de Hernán Loyoza
: La primera parte de un recorrido por la vida de este poeta genésico, de este bardo chileno que todo lo que vivió lo hizo poesía. Cientos de páginas y apenas llega a la vida del poeta a sus 28 años. Una maravilla de estilo e interpretación de un poeta que aún no nos dice la última palabra.

Siempre bienvenidos de John Berger: Un libro de ensayos sobre las artes visuales que no sólo se circunscribe a mostrar lo que el autor sabe, sino que muestra lo que el autor vive y reflexiona: con claridad, con transparencia. Berger sólo tiene modestas proposiciones que plantearnos: que el arte es siempre humano, un compromiso con el mundo en que vive su creador, con el tiempo que le ha tocado batallar.
A Trail of Feathers de Robert Rivard:
El asesinato del periodista estadounidense Philip True en Jalisco, en 1998, llevado a cabo por indios huicholes en su propio territorio de la Sierra Madre es más que un reportaje policiaco: es una búsqueda de la justicia al estilo americano entre autoridades federales presionadas por la embajada americana (¿recuerdan la película Babel?) y unos indios pobres y violentos por el alcohol y los prejuicios. Lo raro aquí es que los indios escapan al castigo por las fallas del sistema judicial mexicano. Un retrato surrealista de un crimen impune.

Pancho Villa. Una biografía literaria de Paco Ignacio Taibo II
: Parece que la
s biografías actuales requieren de toda una vida para leerse. Casi mil páginas, pero es una delicia el leer las aventuras de este norteño impulsivo y taimado a la vez, de este hombre libre cuando eso era una curiosidad en el México de principios del siglo XX. Pensándolo bien, lo sigue siendo en el México de principios del siglo XXI. Por es tan divertido leer este novelón hecho a pura pasión. Aunque yo creo que Paco Ignacio II es un clon de Villa que un alumno del doctor Ramón y Cajal hizo en secreto en España.
Ensayistas brasileños
: La UNAM sigue sacando antologías de antología. Cuántos pensadores dispuestos a explorar desde la geografía amazónica hasta la literatura de vanguar
dia en sus textos. Una fiesta de colores y aromas, de ritmos verbales que no pierden el paso a la razón triunfante y a la pasión cultural. Todo un descubrimiento que viene a poner en un sitio de honor al ensayo latinoamericano en lengua portuguesa.
Amor en vilo de Pere Gimferrer
: Desde los legendarios poemarios amorosos de Pablo Neruda, Rafael Alberti o Jaime Sabines no había leído un libro tan entregado a la mujer
de los sueños y ansias del poeta. Esta Cuca de Gimferrer debe estar hecha de candela pura por los grandes versos que a ella le dedica su autor.
Ecko Park
de Michael Connelly y Antes de que hiele de Henning Mankell son dos joyas de la novela policiaca actual. Harry Bosch y Kurt Wallander y su hija son los tres mejores detectives de nuestros días. Novelas dolorosas por auténticas, pesimistas y vitales. La justicia se escribe con tiza y la verdad se mide con cinta amarilla.
Las herencia ocultas de la reforma liberal del siglo XIX en México
de Carlos Monsiváis es un recordatorio pertinente, ahora que se ha puesto de moda ser intolerante y de mano dura, del conflicto entre liberales y conservadores. Dice bien Benito Juárez que en vez de que los mexicanos perdamos el tiempo en trivialidades, deberíamos emplearlo “en trabajos útiles a la sociedad”. Este ensayo de Monsiváis es, sin duda, esa clase de trabajos. Cómo añora uno políticos como estos, escritores como estos, intelectuales de una sola pieza que sabían que la patria es una idea en continua evolución, un acto de resistencia contra los monarquistas comodinos que deseaban una corte a la altura de sus prejuicios y no una república a la medida de todos los mexicanos. Piedras duras fueron todos estos liberales. Y cómo lucen ahora esas piedras miliares que aún son el cimiento de este país que sigue en marcha, de esta nación que sigue empecinada en pelear las batallas de hace siglos.

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06 marzo, 2007

Visiones y visionarios

En una época donde lo virtual domina los ambientes y los medios de comunicación son un programa multiusos a nuestra disposición, parece que la naturaleza ha dejado de ser el tema prestigioso del arte y se ha vuelto un anacronismo, una forma arcaica de ver el mundo. Pero el mundo, a pesar de lo que digan todos los pixeles de la era digital, sigue aquí entre nosotros, como un acto de resistencia, como una percepción más honda, más cierta, más necesaria que nunca para entender quiénes somos, para comprender nuestros deberes y compromisos, como individuos y como sociedad, con la realidad que nos circunda y nos sostiene.
Y este deseo por ver el mundo tal como es y mostrarlo a los demás sin más filtro que sus ojos es el empeño en que están inmersos dos fotógrafos bajacalifornianos de primer nivel: Arturo Casillas (nacido en Nayarit en 1943 y avecindado en Mexicali desde joven) y Víctor Everardo Beltrán Corona (Mexicali, 1951), quienes son miembros del legendario grupo fotográfico Imágenes, pero que en los últimos años han trabajado por su cuenta y riesgo desde las trincheras de la fotografía tradicional.
Unidos bajo el título de Visiones, ambos fotógrafos cachanillas nos presentan los tesoros visuales que han tenido la sabiduría de captar con sus cámaras en lugares tan distantes entre sí como el gran cañón del Colorado en los Estados Unidos de América y el lago Titicaca en el Perú, el malecón del puerto de la Habana y la mesa de Andrade en Baja California, los volcanes de Costa Rica y las carreteras fluviales de Panamá, la isla de los Uro en Perú y el faro de Puerto Peñasco, las rocas de Rosarito y el valle de Bravo, el Mineral del Chico en el estado de Hidalgo y la bocana de Huatulco, entre muchos otros. Fotografía conciente del entramado vital que nos acuna y alimenta.
No hay aquí medias tintas: esta doble exposición se bate en duelo por el honor de la fotografía de paisaje, de nuestro paisaje americano, continental. Este par de fotógrafos se lanza a capturar las maravillas de la naturaleza y, sobre todo, a escudriñar el impacto visual de la luz que estalla como un surtidor de colores y matices.
La hermosura de estas fotografías pasa directamente al espectador, pues tanto Beltrán como Casillas buscan compartir las emociones que ellos mismos tuvieron al fotografiar estos mares, llanuras, desiertos, costas, ríos y praderas, este paraíso inmaculado que todavía sigue siendo de una materialidad apabullante, de una belleza sin par, es decir, desmedida y feraz, intensa y estremecedora, punzante y sólida.
Ya lo dice Víctor Beltrán: “En la naturaleza aflora la vida en todas sus manifestaciones, con todos sus contrastes. Siempre hay algo que tomar incluso en el paisaje menos propicio, siempre hay colores que brotan de repente, texturas que están ahí, esperando que las descubramos y preservemos con nuestras cámaras, con nuestras miradas”. Y Arturo Casillas agrega: “Como estamos metidos en las ciudades, olvidamos ver más allá de cables y calles y tráfico, olvidamos ver el silencio, los espacios abiertos, los detalles que ofrece la naturaleza en su vivacidad, en su resplandor de todos los días”.
Para estos artistas de la lente, la belleza natural sigue siendo un desafío, una oportunidad de respetarla en sus frutos y flores, en sus nubes y manantiales, en sus ocasos y amaneceres, en sus rugosidades y mareas. Visiones es la obra conjunta de dos visionarios que han visto el Edén y en vez de disfrutarlo para sí han preferido ser generosos y nos lo han obsequiado en cuadros de intacta hermosura, en trabajos visuales que rescatan la realidad de momentos y lugares que siguen siendo parte del legado vital del planeta en que vivimos, parte esencial de la vida en todas sus formas y colores, con todos su nitidez y transparencia. Es decir: como agua y viento, como aire y fuego, como luz y sombra. La intacta verdad que nos rodea. El arte medular de nuestro mundo.

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